Reducen a la mínima expresión el parque de perros para hacer un parking
Detrás de cada perro que utiliza el parque hay un vecino de Alboraya y en muchos casos toda una familia, los usuarios del parque somos más que coches se pueden aparcar. Al final este pueblo va a ser conocido no por estar rodeado de huerta, sino por estar rodeado de solares aparcamiento. No se cuántos votos recogerá el futuro parking pero desde luego lo hará a costa de espacios lúdicos para sus ciudadanos, no me cabe duda de que exista un problema de aparcamiento en Alboraya, pero si la solución es quitar servicios a unos vecinos para dárselos a otros mal vamos, aquellos que cobran de nuestros impuestos para gestionar los mismos se les supone un mínimo de conocimientos como para encontrar soluciones que nos satisfagan a todos; si el futuro que nos espera es que el coche ocupe cada vez más espacios públicos en detrimento de espacios sociales mal nos va como sociedad.